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Coronavirus

Proyecto Branyas, un estudio para analizar el profundo impacto del coronavirus en las residencias de ancianos

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92 investigadores estudiarán el impacto del virus en más de 3.000 ancianos.
92 investigadores estudiarán el impacto del virus en más de 3.000 ancianos.

Con 113 años, Maria Branyas es la persona más longeva de España. Pero su avanzada edad no le ha impedido superar el coronavirus cuando la enfermedad ha golpeado con dureza a la residencia de Olot en la que vive desde hace dos décadas. Esta mujer es quizá el mejor ejemplo de que COVID-19, tercera edad y mortalidad no son términos que tengan que ir necesariamente de la mano; y su fuerza ha inspirado al mayor estudio que se desarrolla en Europa sobre coronavirus y geriátrica, en el que participan 92 investigadores multidisciplinares que valorarán el impacto del virus en más de 3.000 ancianos.

Maria Branyas, la persona más longeva de España.

Maria Branyas, la persona más longeva de España. PROYECTOBRANYAS.COM

Impulsado por la Farmacia de Dalt y respaldado por el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Proyecto Branyas tiene como principal objetivo investigar de una manera integral el efecto de la COVID-19 en este segmento poblacional, el más afectado por la pandemia en España.

Durante dos años, estudiará la correlación entre enfermedades preexistentes, variantes genéticas y el impacto del virus en ancianos, lo que permitirá determinar perfiles de riesgo individualizados y facilitará establecer medidas de protección más efectivas. La idea es obtener un mapa general de este grupo de riesgo que ayude a protegerlo más ante eventuales brotes de coronavirus.

La mayor farmacia para residencias geriátricas

La farmacia comunitaria de Vilasar de Dalt, en Barcelona, es la mayor de España en gestión farmacológica para residencias geriátricas. Debido a las necesidades específicas del grupo poblacional al que se dirige, cuenta con un sistema informatizado que incluye el perfil médico y farmacológico de miles de personas, destinado a preparar su medicación. Una base de datos que ahora, en estos momentos de pandemia, puede convertirse en una mina de oro para obtener información relacionada con los efectos del virus en estos pacientes.

"Tenemos un sistema informático en el que llevamos muchos años recogiendo datos de personas internadas en residencias de Cataluña, entre 5.000 y 6.000. Como disponemos de tanta información relativa a cada una de ellas, es ideal para poder sacar conclusiones", manifiesta a RTVE.es Benjamín Sánchez Soler, responsable de la Farmacia de Dalt.

"Cuando llegó el coronavirus, estas personas empezaron a tener problemas diferentes, y nos dimos cuenta de que nuestra base de datos tenía una importancia realmente grande, porque disponíamos de toda la información relacionada con su perfil, lo que nos permite relacionar cómo les ha afectado en función de patologías anteriores, como hipertensión, diabetes, problemas de corazón…", prosigue explicando.

Pero no solo en lo relacionado con enfermedades, sino que estos datos también pueden ser muy útiles para determinar, por ejemplo, qué tratamientos farmacológicos previos y durante la pandemia fueron los más efectivos en relación a la COVID-19. Sánchez Soler pone como ejemplo a los anticoagulantes, un tratamiento relativamente común en la tercera edad: "Hemos constatado que, en los pacientes que los toman, el curso de la nueva enfermedad es más leve que los que no lo hacen".

Estudio de seroprevalencia

Durante la primera fase del proyecto se realizará un estudio de seroprevalencia, que estará respaldado por el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa. Este trabajo determinará el grado de inmunidad alcanzado en las residencias geriátricas afectadas por el coronavirus. Los análisis servirán también para determinar cómo se desarrolla la inmunidad en personas ancianas que han superado la enfermedad.

La información permitirá realizar un seguimiento a los casos inmunes en cuanto a fortaleza y extensión de la inmunidad, cuyos resultados después serán contrastados con muestras serológicas más específicas. En este sentido, los indicios que están encontrando son desalentadores, ya que los indicios apuntan a que al cabo de escasas semanas, en muchos casos, desaparece una gran parte de los anticuerpos. "Nos estamos dando cuenta de que estas personas no quedan inmunes, y eso rompe esquemas en cuanto a virus clásicos", dice Benjamín Sánchez Soler al respecto.

En etapas posteriores, el estudio abarcará otros aspectos, como valorar la relación entre microbiota intestinal e inmunidad, algo en lo que trabajará el Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL). Además, la investigación incluirá un amplio estudio de carácter sociológico y psicológico, que valorará cómo ha afectado a la calidad de vida el impacto del virus, especialmente en lo relacionado con comportamientos individuales.